domingo, 2 de marzo de 2014

¿Qué podemos hacer para defender el trabajo contra los despidos?

Los patronos y el gobierno están llevando adelante una inclemente ofensiva contra el nivel de vida de la clase trabajadora tanto en el sector privado, como en el público.

Desde el año pasado se anuncian centenares de despidos en el Estado y en las empresas privadas.  Veamos la siguiente lista bastante provisional de despidos:

Mayo 2013: Avianca-Taca anuncia el despedido de 261 personas.
Mayo 2013: El Grupo Nación anuncia el despido masivo de 156 empleados.
Julio 2013: Un Contencioso Administrativo suspende el acto de reestructuración que dejaba 200 empleados del CNP en riesgo de ser despedidos.
Junio 2013: Paro de labores de la empresa Bandeco, pues 46 hombres y una mujer recibieron la noticia que serían despedidos.
Junio 2013: Teletech (Call Center) despidió 320 empleados que laboraban para una cuenta de la compañía Vodafone.
Septiembre 2013: El rector de la Universidad de Costa Rica (UCR), Henning Jensen, confirmó el mayor despido de su historia unas 400 personas.
Noviembre 2013: Florida Bebidas anuncia 170 despidos alegando el alza en el valor de la electricidad.
Enero 2014: Coopemontecillos inicia un plan de despedir hasta 200 trabajadores, la restructuración toca a 75 de ellos.
Enero de 2014: El Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU) arrancó un proceso de reestructuración donde está previsto el despido de entre 50 y 54 empleados.
Febrero del 2014: El grupo Monge anunció el despido de 140 personas de su planilla laboral, es decir, cerca del 7% del total de personas que emplea en el país.
Febrero de 2014: El grupo Pipasa, parte del grupo Cargill anuncia los despidos de 100 personas en sus plantas en San Rafael de Alajuela y la Garita.

Con esta lista, construida solamente con las noticias de la prensa podemos ver con claridad como la patronal de las empresas privadas y del Estado está intentando abaratar lo más posible el valor del trabajo y extender el ejército industrial de reserva.

¿Qué quiere decir esto?

Muchas de estas empresas invirtieron en los últimos años mucho dinero en mejorar sus instalaciones y sus máquinas, su “productividad” dicen los gerentes, muchas de estas empresas, para poner un ejemplo Coopemontecillos, no tuvieron que invertir ni siquiera de sus ganancias para mejorar el parque industrial, fueron directamente subsidiadas por el Estado.

Informaba el semanario El Financiero (19/04/2012): “ Coopemontecillos R. L.  inaugurará (…) una nueva planta de proceso para productos formados cárnicos. (…) Ileana Guillén, responsable de asuntos corporativos de la cooperativa [señaló] que el proyecto, que también incluye mejoras en la red de frío de la productora, tendrá un costo de ¢2.200 millones y hará que la producción pase de seis a 24 contenedores mensuales en una jornada laboral de dos turnos. La nueva planta tiene una capacidad de producción de 1.350 kilos por hora, con niveles de eficiencia muy altos, en cuanto a mano de obra y materias primas. Está hecha para satisfacer los requisitos de los diferentes mercados de exportación”, declaró Luis Noboa, gerente general de la Cooperativa. De acuerdo con el comunicado del MAG, el Gobierno está donando cerca de ¢1.500 millones para sufragar el gasto del proyecto.”

Al cabo de dos años de esta mega inversión subsidiada con dinero de todos, Coopemontecillos anuncia despidos en masa,  esta historia se repite empresa por empresa, en los últimos años las empresas crecieron en su parque industrial (con enormes subsidios de todo tipo por parte del Estado), e incorporaron así toda una nueva generación obrera y técnica a la producción. Ahora vienen los despidos.

Los objetivos de los empresarios con estos despidos son:

1. Que en la medida en que exista mucho desempleo,  los obreros que aun están contratados estarán dispuestos a trabajar por menos salario o bien trabajar más tiempo y con jornadas más intensas por el mismo salario, es decir se pude aumentar la explotación del trabajo.  

2. Lograr que el Estado aumente los privilegios de los empresarios aumentando los subsidios de la electricidad, el agua, las excensiones de impuestos, la posibilidad de burlar la legislación laboral.

3. Garantizar que la nueva generación obrera y técnica que se incorpore al mundo del trabajo tenga que vender su fuerza de trabajo en peores condiciones, es decir aceptando peores salarios, jornadas más largas, funciones más extendidas, etc. Probablemente eso significara una incorporación en peores condiciones de mujeres trabajadoras y jóvenes.

¿Quién produce la riqueza y para qué?

El seminario El Financiero (02/12/2012), un año antes de  los despidos en masa registraba el optimismo irracional de los empresarios: “Del 2008 al 2012 creció la cantidad de cooperativas dedicadas a las exportaciones y al sector de servicios a empresas, ligados a la “nueva economía”. Al 2011, las cooperativas aportaron a la balanza comercial ¢132.000 millones en exportaciones de diversos productos. En esa lista sobresalen las cooperativas productoras agrícolas, como las de palma aceitera, con una producción de 56.000 toneladas de bienes industrializados, y las productoras de café, que concentran en total un 36,5% de la producción nacional. Cooperativas como Dos Pinos, Coopemontecillos, Coopeagropal y Coopeindia están entre las organizaciones que han logrado colocar sus productos en Centroamérica, Estados Unidos, Europa y China, entre otros destinos.”

Vemos pues uno de los aspectos más irracionales de la producción capitalista y de la propiedad privada de los medios de producción. Por un lado se señala que es cada vez más fácil producir, las máquinas y la innovación técnica permite que con muy poco trabajo muchos productos se realicen.

Por otro lado, la inversión de los capitalistas en técnica y nuevas máquinas, produce que aumente el número de trabajadores que no puedan encontrar trabajo. Así una parte perfectamente productiva de la población aparece como "sobrante" respecto a las demandas de acumulación de los capitalistas. Así sobrevienen los despidos en masa.

La ridiculez e irracionalidad más grande es que las necesidades que suplía esta producción no desaparecen, más bien aumentan. Entonces tenemos una producción cada vez más barata, con más necesidades sociales que satisfacer, pero con más gente despedida. Un total sinsentido!

Retomando el ejemplo de Coopemontecillos, las inversiones del 2012, permitieron a la planta producir 4 veces más productos cárnicos, en el 2014 se despiden 75 trabajadores. ¿Significa eso que en el país o en Centroamérica no hay ya necesidad de comer carne, que no hay nadie que ocupe carne en estos países?  La respuesta es obviamente no.

En el año 2013 un informe publicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), muestra que en el país se registran un total de 20 mil niños menores de 5 años en estado de desnutrición, en Nicaragua existen 149 mil niños desnutridos, en El Salvador 121 mil niños, Panamá aparece con 66 mil. (Tomado de Costa Rica registra 20 mil niños menores de 5 años desnutridos. Crhoy 15/04/2013”). Esto solo entre los más vulnerables de nuestros países, no se diga la cantidad de jóvenes y trabajadores para los cuales la carne es casi un privilegio. Por lo tanto la necesidad social no ha desaparecido.  

Lo que hemos ilustrado con el ejemplo de Coopemontecillos,  es una de las razones por las cuales en el Partido de los Trabajadores defendemos la necesidad de una economía centralmente y democráticamente planificada donde la producción sea organizada en función de las necesidades de la población trabajadora y no en función de las ganancias privadas.

 ¿Qué podemos hacer?

En las empresas privadas, los despidos son más dramáticos pues no existen sindicatos que defiendan los derechos de los trabajadores, en las empresas del Estado donde hay sindicatos, como en el CNP y en el INVU, no se han desarrollado campañas sistemáticas en contra de los despidos. Durante el año 2013 fue la huelga de los trabajadores de PAIS la más extensa en defensa del derecho al trabajo y a la salud, pero esta huelga no fue suficiente para frenar esta oleada de despidos.

Nuestra propuesta es clara: Necesitamos con urgencia la construcción de sindicatos en las empresas privadas que enfrenten la ofensiva de la patronal y el Estado, necesitamos exigir que los gerentes de las empresas muestren los libros y estados de cuentas para que sean los mismos trabajadores los que vigilen y controlen la producción, necesitamos la nacionalización bajo control de los trabajadores de las plantas y empresas que cierren y despidan a sus trabajadores.  

Recuadro Nº1: Ejército industrial de reserva.
"La acumulación capitalista produce de manera constante, antes bien, y precisamente en proporción a su energía y a su volumen, una población obrera relativamente excedentaria, esto es, excesiva para las necesidades medias de valorización del capital y por tanto superflua. (...) A todo capitalista le interesa, de manera absoluta, arrancar una cantidad determinada de trabajo de un número menor de obreros, en vez de extraerla, con la misma baratura e incluso a un precio más conveniente, de un número mayor. (...) Cuanto más amplia sea la escala de la producción, tanto más determinante será ese motivo. Su peso se acrecienta con la acumulación del capital."

Carlos Marx, El Capital, Crítica de la Economía Política, I, México, Fondo de Cultura Económica, 1974, pág. 535.


1 comentario:

  1. Chancletudo mejor piense un poquito antes de publicar eso! Cómo se le ocurre que necesitamos sindicatos en la empresa privada? Ya los sindicatos se cagaron en la pública y ahora aparecen algunos que creen que esa es la solución! No creo que alejar a las empresas extranjeras sea la solución a nada!

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