Ante
la muerte de Alberto Cañas y frente al proceso de mistificación que se lleva
adelante, quiero compartir un fragmento de
un artículo que nunca publiqué, está en varias entregas y se intitulaba Critica
de la Idea Progresista. Hoy
este fragmento que creía añejo, cobra actualidad.
Creo
firmemente que las fuerzas democráticas, socialistas y obreras no tienen
ninguna razón para homenajear a un hombre que representa lo peor de la cultura
elitista y autoritaria de la política nacional. He agregado un par de notas para aclarar
fuentes y comentarios.
Aquí esta
lo que escribí hace un par de años:
“Apologistas
de la dictadura y la violencia política.
Otra
conocida demostración de intolerancia son las declaraciones del anterior
presidente del PAC, Alberto Cañas, refiriéndose al golpe de estado en Honduras
de julio de 2009, dice: “Yo no soy nada legalista, a mi hace meses me venía oliendo
[Mel Zelaya], con un tufo a Hugo Chávez que traspasa las fronteras, fíjese las cosas
que hizo, desobedecerle a la Corte de Justicia, se pasó por el rabo la
Constitución (…) no es
cuestión de justificar, se explica el golpe de Honduras (…) si aquí Oscar Arias
estuviera haciendo lo mismo yo estaría pidiéndole a Dios que alguien lo tumbe,
como ojala boten al loco de Nicaragua, ¿Quién? No sé” (2009) (1).
Estas
declaraciones no son las únicas, solamente las más recientes declaraciones de
Alberto Cañas en favor de la violencia militar como un mecanismo de acción política,
es conocida también su reivindicación de las acciones terroristas que llevaron
adelante Max “Tuta” Cortes, José Figueres y Alberto Martén antes, durante y
después de la guerra civil de 1948. (2)
La
escandalosa defensa del golpismo hondureño por parte de uno de los más
reconocidos intelectuales
“socialdemócratas” de la segunda república, no ha tenido explicación alguna por
parte del progresismo, más que frívolas referencias a su avanzada edad. Lo
cierto es que al final de su vida Alberto Cañas, es el encargado de introducir
y heredar al PAC, una vieja tradición de la política costarricense, la
validación de la fuerza militar como un mecanismo para promover la rotación de
las élites, teoría que Cañas conoció en su juventud por medio de Roberto Brenes
Mesen y que el Centro de Estudios para los Problemas Nacionales terminó de
darle forma ideológica. (3)”
Mucho de la ideología nacional se basa en la idea que existió una
generación de patricios que en los años 40 “hicieron a Costa Rica diferente”,
cada uno con su muerte sube al panteón nacional y así sus errores, las heridas
y los daños que produjeron quedan perdonados y olvidados. El precio a pagar por
robustecer la metafísica de la excepcionalidad nacional es una cultura y una
historia de impunidad y olvido.
Estas notas escritas apresuradamente son una contribución para intentar
evitar que se mistifique la vida de un hombre, que en sus rasgos básicos ha
sido la vida de un anticomunista obtuso, que dedicó su actividad política e
intelectual a la difusión lucha contra la emancipación de los pueblos y los
trabajadores.
(1)
Fuente:
Alberto Cañas (2009) Presidente del PAC contra Venezuela y Nicaragua por Golpe en Honduras. ENTREVISTA. Fuente: elpais.cr | 07/07/2009.
(2)
Señala
Manuel Solís en La Institucionalidad Ajena: “ Antes de 1948, no encontramos en las
inmediaciones de Figueres un grupocon un proyecto económico-social compartido.
La gente que se le aproximo compartía con él la decisión de recurrir a la
violencia. La mayoría eran personas que hacían ostentación de su fuerza y su
virilidad” (2006, 367,
368).
(3)
“ En Brenes
Mesén el elitismo autoritario quedó disimulado en un lenguaje estético
cultural” (…) “los centristas [miembros del CEPN] crearon su identidad como elite de la cultura en un contacto cercano
con esta mezcla de irracionalismo, culturalismo y elitismo, y también en el
caso de Brenes Mesen, de prejuicios anticomunistas y antisemitas” (Solís,
2006, 174).
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