La “teoría de la conspiración” de Rodolfo Ulloa y el apoyo del gobierno
al Frente Amplio.
“el punto de partida de
la crítica de la ideología debe ser el reconocimiento pleno del hecho de que es
muy fácil mentir con el ropaje de la verdad.”
Slavoj Zizek.
“estos medios son tanto más mentirosos cuanto
que no mienten siempre (…) El peligro de no comprender la formidable sutileza
de los medios (ni sus gruesas inercias de promiscuidad desnudamente comercial)
es el de acabar creyendo que la verdad se alcanzaría mediante la pura inversión
mecánica de las noticias publicadas en la prensa convencional, simplificación
que puede llevar muy fácilmente a delirios igualmente intoxicadores”
Santiago Alba Rico.
Una declaración de amor incondicional
Rodolfo Ulloa, secretario general
del Frente Amplio ha gritado a los cuatro vientos una verdad grande como el grito
de un amor adolescente. Ulloa ha gritado el apoyo incondicional del Frente
Amplio al gobierno de Luis Guillermo Solís, su paso con todo al bando del
oficialismo y su disposición a demostrar contundentemente su incondicionalidad
con algunos de los hombres buenos que rodean al presidente.
Ulloa en el artículo “Los neoliberales al acecho”,
no ha dejado lugar a dudas: “En este
terreno de lucha política complejo el Frente Amplio y los movimientos políticos
y sociales progresistas deben mostrar madurez. No sumarse al coro de los grupos
político-empresariales neoliberales contra gente progresista y honesta en el
gobierno y el parlamento.”
Los “tontos útiles”
La cosa es clara, quienes
celebramos (como yo), la caída del mercenario Iván Barrantes y quienes
esperamos la inminente caída de Mariano Figures o Melvin Jiménez, somos unos
ingenuos, fijamos nuestra vista “en el
árbol (“la casa de los sustos”)” y no podemos ver “el bosque (los neoliberales al acecho del gobierno).”
No solo somos ingenuos, sino
delirantes y en el fondo ingenuos-delirantes-que-sirven-de instrumento-a-la
derecha, señala Ulloa: “existe una
tendencia dentro del arco progresista un poco delirante que abandona la
perspectiva estratégica de “juntar a los diferentes para derrotar a los
antagónicos”, y le sirve de esa manera a los neoliberales”.
Tengo la esperanza que la
declaración de Ulloa, sea categóricamente adversada por un sector de la
militancia del Frente Amplio, que estoy seguros no ve en el gobierno de LGS, a
un gobierno de “algunos hombres buenos” asediados por los neoliberales, sino un
gobierno de continuidad neoliberal fabricado con los restos y el reciclaje del
bipartidismo, que a lo sumo quiere cambiar los “modos” de la política
tradicional y que sin duda ha traicionado desde el primer día las ilusiones de
cambio de millones de votantes.
Una teoría paranoica.
El artículo de Ulloa es sin duda
delirante, su argumentación está basada en una paranoica teoría de la conspiración,
que busca darle sentido a su apoyo político al gobierno. Su tesis básica es un
par de silogismos bastante simples: 1) La Nación es el vocero de la oligarquía.
2) La Nación critica al “salón de confianza” de LGS. 3) Como La Nación critica
a LGS, LGS es progresista. 4) El Frente Amplio debe apoyar en tanto que fuerza
progresista al gobierno progresista. 5) Quienes no apoyan a LGS, sabiéndolo o
no son instrumentos de los neoliberales.

Simultáneamente La Nación S.A.
destapó el pago de 277 millones de colones al dirigente del PAC Jorge Sibaja,
por autenticar firmas que no se ocupaban, la misma asamblea del PAC consideró
este hecho como “vergonzoso”. Supongo que son este tipo de actos los que
Rodolfo Ulloa señala como: “declaraciones o acciones de estas personas y del
Presidente [que] han contribuido a echarle leña a la hoguera”. Sin duda usar
una campaña electoral partidaria cuyo ribete era la ética, la probidad y el
“cambio” para forrarse en plata, es un hecho que hecha leña al fuego de la
indignación ciudadana.
Ulloa mientras hila sus
hipótesis, no responde categóricamente a lo que realmente le interesa a los
ciudadanos: ¿Tenía o no que salir Barrantes del “salón de confianza” del
presidente? ¿Está bien que un funcionario cobre 111 millones de colones por 7
meses de trabajo? ¿Está bien que el asesor de un presidente mantenga una
cartera de clientes privados? Lo que se
infiere del artículo de Ulloa, es que él cree que Barrantes y sus coca colas
deberían aún estar en Zapote. Que si La Nación ataca, hay que apoyar a
Barrantes, Sibaja, Melvin Jiménez o Mariano Figueres. Pues mala cosa si el
papel de la izquierda es ser el reverso bizarro de La Nación.
La duda evidente que salta a la
vista es: ¿Por qué no aplica esa lógica al Gobierno de Laura Chinchilla? O no
fue también por La Nación S.A. que nos enteramos de la corruptela de La Trocha
y el Narcojet. ¿No la estaba atacando también La Nación? ¿Eso significa que
Laura y su círculo eran progresistas? Me respondería seguramente Ulloa: Solís y
algunos de sus “hombres buenos” son progresistas y Laura Chinchilla no. Bueno…
pero ser progresista es demostrarlo y actuar como tal, no decir que uno es progresista.
Oscar Arias también decía que él era progresista, hasta el momento el gobierno
no ha dado un solo signo de que algo va a cambiar en materia de modelo
económico, libertades civiles, derechos laborales, derechos de las mujeres o
derechos de la población sexualmente diversa.
Somos iguales, pero hay algunos que son más iguales que otros.

Desde
su posición como ministro de la presidencia, Melvin Jiménez está promocionando un proyecto de ley que
aumenta el apoyo estatal a las iglesias, mientras evita el impulso de las leyes
que reglamentan la FIV y el matrimonio de las parejas del mismo sexo. Queda la
sombra que una de las posibles iglesias beneficiarias de los nuevos subsidios y
la nueva burocracia cristiana es la misma iglesia luterana.
El otro carácter importante del
progresismo es su respeto a las libertades civiles, por ejemplo no espiar a los
ciudadanos y a los opositores políticos, para eso los gobiernos liberacionistas
usaron la DIS, esta sigue intacta pero en manos de Mariano Figueres. Incumpliendo
la promesa y la petición ciudadana y técnico/experta de disolverla. En un país
que no puede pagarle en punto a sus docentes, se permite que Marianao Figueres
Olsen, tenga un escuadrón de espías pagados con impuestos de todos al que se le
permite inmiscuirse en lo que él quiera (por ejemplo investigar los contratos
del Ministerio de Cultura).
La
Nación S.A. y los monstruos que acechan.
Es evidente que La Nación S.A.
tiene intereses empresariales y políticos propios, que es un poder fáctico intocado
que no se somete a ningún escrutinio ciudadano político o moral, lo mismo se puede
decir de la Iglesia Católica o la Academia de Centroamérica y evidentemente es
ideológico el ataque que estos grupos realizan contra algunos proyectos de LGS,
en la medida que no está explicitado su objetivo: radicalizar el modelo
neoliberal y el poder fundamentalista. Ahora, ¿de eso se deduce el progresismo
de “los pocos hombres buenos” del presidente? No. No se deduce, el progreso del
país tiene que estar basado en un claro programa de liberación social y
nacional, de ampliación de las libertades civiles inclusive avanzando hacia un
proceso constituyente, de democratización de la comunicación, de recuperación
de la soberanía rompiendo con el TLC y los arbitrajes internacionales, de
nacionalización de los principales medios de producción y cambio para ponerlos
al servicio de las mayorías. El principal enemigo de este programa es el
gobierno de Luis Guillermo Solís y su “salón de confianza”, Rodolfo Ulloa se ha
postulado para ser su escudero, pero a diferencia del inmortal escudero Sancho
Panza, Ulloa si delira y ve gigantes progresistas donde hay molinos
neoliberales.