Los patronos y el gobierno
están llevando adelante una inclemente ofensiva contra el nivel de vida de la
clase trabajadora tanto en el sector privado, como en el público.
Desde el año pasado se anuncian
centenares de despidos en el Estado y en las empresas privadas. Veamos la siguiente lista bastante
provisional de despidos:
Mayo 2013: Avianca-Taca anuncia el despedido de 261 personas.
Mayo 2013: El Grupo Nación anuncia el despido masivo de 156 empleados.
Julio 2013: Un Contencioso Administrativo suspende el acto de reestructuración que dejaba 200 empleados
del CNP en riesgo de ser despedidos.
Junio 2013: Paro de labores de la empresa
Bandeco, pues 46 hombres y una
mujer recibieron la noticia que serían despedidos.
Junio 2013: Teletech (Call Center) despidió 320 empleados que laboraban para una cuenta de la compañía
Vodafone.
Septiembre 2013: El rector de la Universidad de Costa Rica (UCR),
Henning Jensen, confirmó el mayor despido de su historia unas 400 personas.
Noviembre 2013: Florida Bebidas anuncia 170 despidos alegando el alza en el valor de la electricidad.
Enero 2014: Coopemontecillos
inicia un plan de despedir hasta 200 trabajadores, la restructuración
toca a 75 de ellos.
Enero de 2014: El Instituto
Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU) arrancó un proceso de reestructuración
donde está previsto el despido de entre 50 y 54 empleados.
Febrero del 2014: El grupo Monge anunció
el despido de 140 personas de su planilla laboral, es decir, cerca del 7% del
total de personas que emplea en el país.
Febrero de 2014: El grupo Pipasa, parte del grupo
Cargill anuncia los despidos de 100 personas en sus plantas en San Rafael de
Alajuela y la Garita.
Con esta lista,
construida solamente con las noticias de la prensa
podemos ver con claridad como la patronal de las empresas privadas y del Estado
está intentando abaratar lo más posible el valor del trabajo y extender
el ejército industrial de reserva.
¿Qué quiere decir esto?
Muchas de estas empresas invirtieron en los últimos años
mucho dinero en mejorar sus instalaciones y sus máquinas, su “productividad”
dicen los gerentes, muchas de estas empresas, para poner un ejemplo
Coopemontecillos, no tuvieron que invertir ni siquiera de sus ganancias para
mejorar el parque industrial, fueron directamente subsidiadas por el Estado.
Informaba el semanario El Financiero (19/04/2012): “ Coopemontecillos R. L. inaugurará (…) una nueva planta de proceso para productos
formados cárnicos. (…) Ileana Guillén, responsable de asuntos
corporativos de la cooperativa [señaló] que el proyecto, que también incluye
mejoras en la red de frío de la productora, tendrá un costo de ¢2.200 millones
y hará que la producción pase de seis a 24
contenedores mensuales en una jornada laboral de dos turnos. La nueva
planta tiene una capacidad de producción de 1.350
kilos por hora, con niveles de eficiencia muy altos, en cuanto a
mano de obra y materias primas. Está hecha para satisfacer los requisitos de
los diferentes mercados de exportación”, declaró Luis Noboa, gerente general de
la Cooperativa. De acuerdo con el comunicado del MAG, el Gobierno está donando
cerca de ¢1.500 millones para sufragar el gasto del proyecto.”
Al cabo de dos
años de esta mega inversión subsidiada con dinero de todos, Coopemontecillos
anuncia despidos en masa, esta historia
se repite empresa por empresa, en los últimos años las empresas crecieron en su
parque industrial (con enormes subsidios de todo tipo por parte del Estado), e
incorporaron así toda una nueva generación obrera y técnica a la producción.
Ahora vienen los despidos.
Los objetivos de
los empresarios con estos despidos son:
1. Que en la medida en que
exista mucho desempleo, los
obreros que aun están contratados estarán
dispuestos a trabajar por menos salario o bien
trabajar más tiempo y con jornadas más intensas por el mismo salario, es
decir se pude aumentar la explotación del trabajo.
2. Lograr que el Estado aumente los privilegios de los
empresarios aumentando los subsidios de la electricidad, el agua, las
excensiones de impuestos, la posibilidad de burlar la legislación laboral.
3. Garantizar que la nueva generación obrera y técnica
que se incorpore al mundo del trabajo tenga que vender su fuerza de trabajo en
peores condiciones, es decir aceptando peores salarios, jornadas más largas,
funciones más extendidas, etc. Probablemente eso significara una incorporación
en peores condiciones de mujeres trabajadoras y jóvenes.
¿Quién produce la
riqueza y para qué?
El seminario El
Financiero (02/12/2012), un año antes de
los despidos en masa registraba el optimismo irracional de los
empresarios: “Del 2008 al 2012 creció la
cantidad de cooperativas dedicadas a las exportaciones y al sector de servicios
a empresas, ligados a la “nueva economía”. Al 2011, las cooperativas aportaron
a la balanza comercial ¢132.000 millones en exportaciones de diversos
productos. En esa lista sobresalen las cooperativas productoras agrícolas, como
las de palma aceitera, con una producción de 56.000 toneladas de bienes
industrializados, y las productoras de café, que concentran en total un 36,5%
de la producción nacional. Cooperativas como Dos Pinos, Coopemontecillos, Coopeagropal y Coopeindia están entre las
organizaciones que han logrado colocar sus productos en Centroamérica, Estados
Unidos, Europa y China, entre otros destinos.”
Vemos pues uno
de los aspectos más irracionales de la producción capitalista y de la propiedad
privada de los medios de producción. Por un lado se señala que es cada vez más
fácil producir, las máquinas y la innovación técnica permite que con muy poco
trabajo muchos productos se realicen.
Por otro lado,
la inversión de los capitalistas en técnica y nuevas máquinas, produce que aumente el número de trabajadores que no puedan
encontrar trabajo. Así una parte perfectamente productiva de la población
aparece como "sobrante" respecto a las demandas de acumulación de los
capitalistas. Así sobrevienen los despidos en masa.
La ridiculez e
irracionalidad más grande es que las necesidades que suplía esta producción no
desaparecen, más bien aumentan. Entonces tenemos una producción cada vez más
barata, con más necesidades sociales que satisfacer, pero con más gente
despedida. Un total sinsentido!
Retomando el ejemplo de
Coopemontecillos, las inversiones del 2012, permitieron a la planta producir 4
veces más productos cárnicos, en el 2014 se despiden 75 trabajadores.
¿Significa eso que en el país o en Centroamérica no hay ya necesidad de comer
carne, que no hay nadie que ocupe carne en estos países? La respuesta es obviamente no.
En
el año 2013 un informe publicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF), muestra que en el país se registran un total de 20 mil niños
menores de 5 años en estado de desnutrición, en Nicaragua existen 149 mil niños
desnutridos, en El Salvador 121 mil niños, Panamá aparece con 66 mil. (Tomado
de “Costa Rica registra 20 mil niños
menores de 5 años desnutridos. Crhoy
15/04/2013”). Esto solo entre los más vulnerables de nuestros
países, no se diga la cantidad de jóvenes y trabajadores para los cuales la
carne es casi un privilegio. Por lo tanto la necesidad social no ha
desaparecido.
Lo
que hemos ilustrado con el ejemplo de Coopemontecillos, es una de las razones por las cuales en el
Partido de los Trabajadores defendemos la necesidad de una economía
centralmente y democráticamente planificada donde la producción sea organizada
en función de las necesidades de la población trabajadora y no en función de
las ganancias privadas.
¿Qué podemos hacer?
En las empresas privadas, los
despidos son más dramáticos pues no existen sindicatos que defiendan los
derechos de los trabajadores, en las empresas del Estado donde hay sindicatos,
como en el CNP y en el INVU, no se han desarrollado campañas sistemáticas en
contra de los despidos. Durante el año 2013 fue la huelga de los trabajadores
de PAIS la más extensa en defensa del derecho al trabajo y a la salud, pero
esta huelga no fue suficiente para frenar esta oleada
de despidos.
Nuestra propuesta es clara: Necesitamos con urgencia la
construcción de sindicatos en las empresas privadas que enfrenten la ofensiva
de la patronal y el Estado, necesitamos exigir que los gerentes de las empresas
muestren los libros y estados de cuentas para que sean los mismos trabajadores
los que vigilen y controlen la producción, necesitamos la nacionalización bajo
control de los trabajadores de las plantas y empresas que cierren y despidan a
sus trabajadores.
Recuadro Nº1: Ejército
industrial de reserva.
"La
acumulación capitalista produce de manera constante, antes bien, y precisamente
en proporción a su energía y a su volumen, una población obrera relativamente
excedentaria, esto es, excesiva para las necesidades medias de valorización del
capital y por tanto superflua. (...) A todo capitalista le interesa, de manera
absoluta, arrancar una cantidad determinada de trabajo de un número menor de
obreros, en vez de extraerla, con la misma baratura e incluso a un precio más
conveniente, de un número mayor. (...) Cuanto más amplia sea la escala de la
producción, tanto más determinante será ese motivo. Su peso se acrecienta con
la acumulación del capital."
Carlos
Marx, El Capital, Crítica de la Economía Política, I, México, Fondo de Cultura
Económica, 1974, pág. 535.
Chancletudo mejor piense un poquito antes de publicar eso! Cómo se le ocurre que necesitamos sindicatos en la empresa privada? Ya los sindicatos se cagaron en la pública y ahora aparecen algunos que creen que esa es la solución! No creo que alejar a las empresas extranjeras sea la solución a nada!
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