domingo, 14 de diciembre de 2014

La poesía después del City Mall.



La pasada huelga de los trabajadores del City Mall fue corta, pero muy intensa, muchos eran los aspectos que había que atender: organizar los detalles de la campaña de solidaridad, atender la prensa,  repasar las leyes laborales, pensar una y otra vez cuál sería el próximo movimiento de la patronal, animarse mutuamente.

Pese a la intensidad y la concentración que
implicaba el conflicto, en el transcurso de los momentos más tensos de la lucha y también cuando ya se había llegado a un acuerdo, varios camaradas no enviaron al chat del partido (donde íbamos comentando los  sucesos de la huelga) opiniones o recomendaciones, sino poesías. Quería reflexionar sobre ello, pues aunque parezca un momento de sentimentalismo, creo que hay algo más que decir sobre esto.

Marx sostenía que “la producción capitalista es hostil a ciertas ramas de la producción intelectual, como el arte y la poesía”, no lo dudo, pero además lo confirme durante la huelga, la monstruosidad de cemento y varilla que es el City Mall, el paisaje gris-cemento con el que ha teñido el barrio Monserrat y las inhumanas condiciones de explotación de sus trabajadores, no parecen ser un ambiente propicio para que nazca la poesía y sin embargo estuvo allí siempre con nosotros.

En La situación de la clase obrera en Inglaterra, Engels cita uno de los versos del poeta Thomas Hood como la manifestación literaria del sufrimiento y de la revuelta proletarios, como expresióndel sentimiento que reina entre los obreros.

El poema «rey Vapor» dice en uno de sus versos:

«Es música para sus oídos el grito
del pobre en lucha contra la muerte;
esqueletos de niñas y de chiquillos
el infierno del rey Vapor llenan totalmente».

El poema se termina con un llamado a la insurgencia:

«Y sus furiosos intendentes, los altivos señores de las fábricas,
rebosantes de oro y rojos de sangre,
deben ser abatidos por la cólera del pueblo,
así como el monstruo, ¡su Dios!»

Marx señalaba que una obra de arte es aquella que: “destruye las ilusiones convencionales sobre la naturaleza de tales relaciones, quiebra el optimismo del mundo burgués, obliga a dudar de la perennidad del orden existente, incluso si el autor no indica directamente la solución”, comparto esa idea.

Mi opinión es que las poesías que rondaron nuestros comentarios, eran la forma en la que buscábamos expresar un sentimiento que es difícil de explicar conceptualmente, el sentimiento que produce la certeza que el trabajo humano es el fuerza productiva del mundo, que las maravillas modernas de la ingeniería reposan sobre la fuerza del trabajo humano y de su explotación, pero también de la confirmación de un sentimiento, varias veces repetido: “es necesario luchar y es posible vencer”.

Marx dice que: “La revolución social (…) no puede tomar su poesía del pasado, sino sólo del futuro”, tal vez la razón por la que la poesía nos acompañó durante la huelga del City Mall, es que estos poemas eran una pequeña ventana del futuro.

Les dejo los poemas, el primero es una conocida obra de Bertolt Brech, el segundo una poesía de Jorge Debravo,  el tercero de ellos -recomendado encarecidamente-  es el poema de un camarada.



(I) Preguntas de un obrero que lee. Bertolt Brecht.



¿Quién construyó Tebas, la de las siete Puertas?

En los libros aparecen los nombres de los reyes.

¿Arrastraron los reyes los bloques de piedra?

Y Babilonia, destruida tantas veces,

¿quién la volvió siempre a construir? ¿En qué casas

de la dorada Lima vivían los constructores?

¿A dónde fueron los albañiles la noche en que fue ter-

minada la Muralla China? La gran Roma

está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió?

¿Sobre quiénes

triunfaron los Césares? ¿Es que Bizancio, la tan cantada,

sólo tenía palacios para sus habitantes? Hasta en la

legendaria Atlántida,

la noche en que el mar se la tragaba, los que se hundían,

gritaban llamando a sus esclavos.

El joven Alejandro conquistó la India.

¿Él solo?

César derrotó a los galos.

¿No llevaba siquiera cocinero?

Felipe de España lloró cuando su flota

Fue hundida. ¿No lloró nadie más?

Federico II venció en la Guerra de los Siete Años

¿Quién

venció además de él?

Cada página una victoria.

¿Quién cocinó el banquete de la victoria?

Cada diez años un gran hombre.

¿Quién pagó los gastos?

Tantas historias.

Tantas preguntas.


(II) Denuncia. Jorge Debravo.

Cualquiera diría que miento,
que la sangre ya no se usa
para amasar monumentos.

Que el hambre no es argamasa
usada para unir bloques
y hacer paredes de casa.

Pero yo sé que hay balcones
hechos con huesos de anciano
y con sangre de peones.

Pero yo sé que hay rellanos
hechos con manos de niños
y soledades de anciano.

Pero yo sé que hay navíos
hechos con pieles de negros
y corazones vacíos.



(III) Ciudad del mal. Carlos Carvajal.

Y así pateando el polvo de mi esfuerzo
De frente se erige el ocio
Esas vigas, si esas yo soporte su peso
Y lo soporto aun, es su negocio

Sus rostros son muros de contención
Sus ojos mares al rojo vivo
En sus palabras se oculta una traición
Que su alma no depara mas que al vacío

Una llamada rozó en el alba
Un ser de otro mundo
Tuvo un impulso
que se apasigua por quien manda

- Me faltan cinco mil
- El otro lunes lo arreglamos

El olor del sudor
Dulce para el que se lo adueña
Amargo para el que lo saborea
Cambia de rumbo

Vuelve a su tierra
Con honduras en sus músculos
Contracturas intactas y con hambre
Vuelve a su miseria

Las hormigas de colores bronceados
Curtidas de polvo y dolores
Otras hormigas organizadas
Brindan su mano al desperanzado.






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